CONEXIÓN
Hace un año que descubrimos la verdad.
Que descubrimos la forma como estábamos conectados, lo importante que éramos (incluso sin habernos visto) el uno para el otro.
Hace un año que nos dimos cuenta lo mucho que dependíamos el uno del otro.
Como lo que tú hacías me inspiraba para crear algo que a su vez te inspiraba a ti para continuar haciendo las cosas que me inspiraban a mí para poder crear. Éramos como un ecosistema cerrado que subsistía únicamente con sus propios recursos.
Y todo sin conocernos, sin habernos visto nunca cara a cara, sin saber siquiera dónde vivíamos o nuestros verdaderos nombres.
Veía tus videos pornográficos, tus películas, las escenas explicitas y crudas, antes de sentarme a escribir. Cada día, siempre uno distinto que escogía de la carpeta que llevaba tu nombre y que contenía cientos de videos. Tenia que verlos, tenia que verte haciendo esas cosas, de lo contrario no lograba concentrarme y no podía darle vida a lo que a ti tanto te inspiraba.
Y tú, cada noche en la tranquilidad de tu apartamento y siempre antes de entrar a escena, siempre, tu ritual personal, leer mis líneas, un fragmento de algún cuento o novela que estuvieras leyendo o releyendo (releyendo mejor) porque ya lo habías leído todo una y otra vez y nunca te cansabas, siempre encontrabas algo nuevo que te inspirara y te ayudara a salir y demostrarle a la cámara que tú eras (eres) la más sensual y espectacular de todas las actrices porno que han sido filmadas alguna vez.
Y sin saberlo, sin quererlo reconocer, negándolo inconscientemente, te buscaba, buscaba encontrarte en alguna parte, de algún modo.
Y tú hacías lo mismo.
Hasta que llegó el día, ese día especial en la parte más imprevista de todas, la zona de comidas de la feria internacional del libro. Tú, con gafas oscuras, tomando un cappuccino y conversando con tu agente. Cuando te dejó sola, me acerqué y me paré frente a ti. Y me reconociste y viste que yo sabía quién eras y que también te andaba buscando. Y antes de que pudiéramos hablar mucho tu agente volvió y dijo que ya era hora, que la gente estaba haciendo fila (todos hombres) esperándote, esperando que les firmaras una copia de tu autobiografía y de alguno de tus últimos films. Y me llevaste aparte, me dijiste que te buscara dentro de dos horas y luego me agarraste de las solapas de mi abrigo y me dijiste que no se me fuera a ocurrir irme sin haberte buscado antes. Y yo dije que nunca, que allí estaría.
Y esa noche, más tarde, la mejor noche de mi vida, la mejor de nuestras vidas, es algo que ni puedo intentar describir sobre papel porque me tiembla la mano, el brazo, el cuerpo entero.
Hace un año.
Hace un año que descubrimos nuestra conexión.
:)
ResponderEliminarEl amor es así, imprevisto
Besos
Una ternura. Con puntos extra por lo de ser un ecosistema cerrado, sin conocerse.
ResponderEliminarExcelente, Morgan!
ResponderEliminarTambién me encantó lo del "ecosistema cerrado", aunque ya de por sí la historia es muy meritoria.
Qué bueno que te animaras a participar, espero que sea el primero de muchos relatos que pueda leer tuyos :-)
Besos!
Me ha gustado la intensidad que le has puesto; buen ralto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dulce y encantador¡¡
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un abrazo¡¡
Muy bueno :)
ResponderEliminarUna historia preciosa...quién no ha soñado con vivir algo así?; escrita con tal fluidez que se deja leer sin sentir, como si lo estuvieses contando. Enhorabuena. Tiene chispa ;)
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