Personajes: DEVORADORA DE SUEÑOS Y PEZ
Se despertó sudando y con fuertes palpitaciones. No podía recordar nada del sueño, excepto aquel rostro furibundo que avanzaba hacia él. Se levantó a por un vaso de agua, intentando aún convencerse de que todo había sido una pesadilla. No se percató de los ojos rojos que brillaban bajo su cama.
Como cada mañana el despertador sonó a las siete en punto. Sanya se levantó de un salto, llena de la vitalidad que otorga tener veinte años.
―¡Buenos días! ―gritó.
Eugène se la quedó mirando fijamente, a veces Sanya pensaba que era capaz de entenderla. Eugène era un pez de estanque, naranja y con la cola irisada, bastante corriente, aunque más grande de lo habitual. Quizás fuera por su edad, Sanya bromeaba a menudo diciendo que era un pez mezclado con tortuga centenaria, porque para ella siempre había estado ahí. Es más, su primer recuerdo era del día que le regalaron a Eugène, justo después de que muriera su madre.
Sanya se duchó y se vistió rápidamente. Se miró en el espejo mientras se recogía su larga melena castaña en una sencilla cola de caballo. Unos ojos de color verde intenso le devolvieron la mirada y una sonrisilla de niña traviesa escapó de sus labios mostrando unos dientes ligeramente separados. Antes de marcharse a la facultad, se asomó a la habitación de su Nana, que como siempre dormía hasta muy tarde. Sanya observó el pecho de su abuela que subía y bajaba lentamente, respiró tranquila, Nana era lo único que tenía.
Durante la segunda hora de clase, su móvil empezó a sonar. Molesta lo silenció, pero volvió a sonar aún más insistentemente. Ante la mirada de reproche del profesor y las risitas ahogadas de sus compañeros, finalmente lo cogió.
―¿Sanya? ―oyó que le decían al otro lado del teléfono.
―Eh, sí, soy yo…
―Ay mi niña, soy Esther, la vecina. Lo siento mucho cariño, pero tienes que venir enseguida a casa, ha pasado algo con tu abuela.
Dos días. Habían pasado dos días de locura desde que recibió esa llamada. La ambulancia, la certeza de saber que no había nada que hacer, el tanatorio y la gente que ella no conocía y que desfilaba ante su abuela, ofreciéndole un consuelo que no iban a poder darle. Y lo peor de todo aún no había pasado, lo peor es que se había quedado sola, completamente sola.
Desesperada se sentó en su escritorio, enfrente de su pecera. Eugène al menos seguía allí con ella, moviéndose lenta y elegantemente, ajeno a todas sus desgracias.
―Eugène, sólo me quedas tú. Sin la Nana, ¿qué voy a hacer ahora Eugène? Dime ¿qué voy a hacer?
Pero el pez continuó su rumbo sin inmutarse, Sanya se quedó mirando el suave ondular de su cola, y una extraña paz empezó a apoderarse de ella. Tras días sin poder dormir se sentía hipnotizada por el movimiento del pez y sus párpados empezaron a cerrarse.
Despertó. Estaba en una habitación desconocida para ella, enfrente suya un chico dormía profundamente. Era extraño, a pesar de la situación a Sanya todo aquello le resultaba familiar, sentía que sabía qué hacía allí y cual era el siguiente paso que tenía que dar. Se acercó al chico y con delicadeza le posó una mano en la frente. Estaba en un campo, jugando con unos niños pequeños, sus hermanos tal vez. Un hombre muy mayor apareció al final de un camino, al verlo él se sintió feliz, muy feliz, y empezó a correr. Sanya supo que ese era el momento justo y se abalanzó sobre él. El chico empezó a gritar de puro dolor.
Cuando se despertó, estaba de nuevo en su escritorio frente a la pecera. Siguiendo un instinto casi animal trató desesperadamente de atrapar a Eugène mientras el pez se revolvía, escabulléndose entre las algas y objetos de su pecera. Sanya daba manotazos al agua, intentando como una histérica cogerle. De repente tocó algo extraño en el fondo, era un tubo de vidrio, y dentro había un papel con la inconfundible caligrafía picuda de su abuela.
“Querida niña:
Si lees esto es que ya no estoy contigo. Eugène te habrá mostrado la carta y estarás confundida por lo que has vivido esta noche. Pero no tienes que preocuparte, lo llevas haciendo toda tu vida. Igual que lo hacía yo, igual que lo hacía tu madre.
Somos devoradoras de sueños, los necesitamos para sobrevivir, se los robamos a la gente, sus peores pesadillas, sus sueños más hermosos, todo eso les quitamos… y claro con ello les dejamos una herida en su mente de la que muchos no se recuperan. Tu madre lo sabía, sabía las consecuencias de sus actos y un día simplemente decidió que no podía soportar esa pena y se dejó ir. Siempre me culpé por ello, y temía que te pasara a ti lo mismo y perderte, por eso traje a tu pez. Todas las noches cuando vuelves de cazar, vuelcas tus recuerdos en él, Eugène olvida y tú olvidas con él. Lo hice para protegerte, pero ahora tienes que tomar tu propia decisión. Eres una devoradora de sueños, si sigues volcando tus sueños en Eugène, llevarás una vida tranquila, pero al hacerlo te estarás negando como persona, negando lo que en realidad eres y nunca te sentirás completa. Sin embargo si te deshaces de él, tendrás que afrontar las consecuencias y puede que no seas capaz de soportarlo. Es tu decisión, pero sigas el camino que sigas, yo siempre te apoyaré.
Te quiere. Nana”
Sanya apenas podía pensar, estaba totalmente impactada y se sentía ajena a todo lo que había pasado. Eugène tras la trifulca mantenida volvía a descansar tranquilo, como aletargado. Sanya le miró fijamente y pensó: “¿Soñaran los peces?”.
Extraño relato, pero narrado de tal forma que resulta agradable. Yo no podría haberlo hecho mejor. Felicidades,
ResponderEliminarUn saludo,
Lydia.
A mí la historia me ha encantado, muy original y diferente, y la verdad es que los personajes eran difíciles. Sin embargo, lo único que te sugiero es que algunas partes las separes, como el preludio con el despertar de Sanya, o cuando transcurren dos días, porque al dejarlo junto queda muy confuso. Puedes hacerlo con asteriscos (*) o con espacios :)
ResponderEliminarQué historia más fascinante nos has dejado Einyel. Me gusta lo que has hecho con los personajes que te han tocado y solo te recomendaría cambiar una cosita: has puesto "enfrente suya un chico dormía profundamente" y la forma correcta de decirlo es "enfrente de ella".
ResponderEliminarHola Einyel tu historia me ha dejado sorprendida, menuda imaginación la tuya. Creo que nunca había leído nada tuyo, pero a partir de ahora lo haré. Secundo el comentario de Angy, cuando hagas saltos de tiempo separa un poco el texto así sera mas fluido el texto pues ya predispones que se habla de otra cosa u otro tiempo( yo también lo hice en mis primeros escritos y las compañeras me aconsejaron hacerlo)Espero que nos leamos...Besisss
ResponderEliminarMe encantaría ser la devoradora de sueños
ResponderEliminarUna historia encantadora
Lili Savoia
Muy interesante, me ha resultado realmente mágico.
ResponderEliminarSaluditos.
¡Muchas gracias por vuestros comentarios! Es la primera vez que publico en el blog, bueno mejor dicho, la primera vez que publico algo en general ;) así que os agradezco mucho todas las sugerencias para mejorar en los próximos relatos.
ResponderEliminarSaludos
Einyel
Einyel: Bienvenida al mundo de las letras y ¡adelante!.
ResponderEliminarUn buen relato, te dejo un beso: Doña Ku
Me gustó mucho, fue muy entretenido y me dio la sensación de que aún podría tener una continuación interesante. No me ha sido difícil de leer y entender.
ResponderEliminar¡Un besazo!
Me ha gustado mucho, Einyel, en especial la combinación de los personajes que has imaginado.
ResponderEliminarBesos.
¡Me gustó muchisimo tu relato! Es muy original y deja pensando, yo no pude imaginar hacia donde iba la trama :) ¡Saludos
ResponderEliminar¡Hola Laura!
ResponderEliminarTu relato ,me gustó mucho, los temas oniricos son algo que me interesa y me llaman muuucho la atención, y creo que el tuyo es uno de los más originales que he leído este mes, ¡felicidades!
Me alegra mucho que pudieras participar :)
¡Saludos!
Perdon, Einyel :s ya ni se quien lo publico jejeje
ResponderEliminarHola! Tu relato, a pesar de ser un tanto extraño, me gustó. Es muy original.
ResponderEliminarSaludos
Hola, Einyel, bienvenida!!
ResponderEliminarMe gustó tu relato, me encantó que el pez se llame como yo... de hecho, creo que el nombre le va mejor que a mí :-P
Te comento que el principio queda un poco extraño. Es decir, dices que se levanta por un vaso de agua, y luego dices que se levanta cuando suena el despertador... Supongo que al principio se levanta en medio de la noche, luego es que amanece. Eso tendrías que aclararlo, o poner una frase vinculante. O quitar el primer párrafo.
Luego, como ya te dijeron, dices "enfrente suya" que no es correcto, sino que debes decir "enfrente de ella", o "frente a ella".
En fin, me gustó el relato, como ya dije. Espero que sigas participando.
Besos!
¡Gracias por el comentario! Qué coincidencia que se llame como tú, no sé porqué me vino ese nombre a la cabeza para el pez.
EliminarRespecto al primer párrafo, tienes razón que es confuso, como ya me han indicado otras compañeras, debería haber dejado un espacio entre ambos párrafos para aclarar que son cosas independientes. En realidad no es que ella se levante dos veces, en el primer párrafo es un chico el que se levanta en mitad de la noche ("aquel rostro furibundo que avanzaba hacia él") al que ella le acaba de devorar el sueño. Y luego en el segundo párrafo es ella que se levanta por la mañana sin acordarse de nada.
Pero desde luego, tienes toda la razón que no se entiende bien, para los próximos relatos lo tendré en cuenta :)
Saludos
Extraño, pero me gusta :)
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