-Tenemos que descuartizarla. No hay otra opción.
Tragué saliva y creo que empalidecí. Sally se acercó y me agarró de la camisa.
-Tenemos que encontrar esa llave hoy. Esta noche. No hay otra opción.
Cerré los ojos. La pesadilla solo empeoraba a cada minuto. Yo solo quería que la tierra me tragara.
-Creo que en la cocina hay un cuchillo eléctrico y debe haber un machete en alguna parte.
Sally subió y me dejó solo en el sótano con el cadáver de Lucia. El plan había sido golpearla, torturarla hasta que nos dijera dónde estaba enterrado el baúl. Solo eso. No pensábamos matar a nadie y mucho menos descuartizarlo después. Pero Sally se había dejado provocar, su mal temperamento que siempre estaba a flor de piel no había soportado y tras una golpiza brutal le había roto el cuello a Lucia. La cara de ésta era un amasijo sangriento e inmundo. La parte superior de su blusa estaba toda teñida de rojo.
Sally abría y cerraba cajones en la cocina. La escuchaba con claridad.
Descuartizarla.
Dios. Me arrodillé y tomé aire.
Cerré los ojos y rogué que un rayo me fulminara por lo que había hecho, por lo que había ayudado a hacer.
Sally bajó corriendo. Abrí los ojos y la miré. Llevaba el cuchillo eléctrico, de esos con los que se cortan los pavos en Navidad en la mano. Era enorme.
-Listo –dijo –. Vamos a abrir a esta zorra.
Volví a tragar saliva.
Sally señaló un armario que había al fondo del sótano.
-Saca las cortinas viejas y pongámoslas debajo del cuerpo.
Puse cuatro cortinas en el suelo, una sobre otra, al lado del cuerpo y entre los dos lo levantamos luego y lo colocamos encima. Como Lucia se había tragado la llave (fue lo poco que alcanzó a confesar antes de que Sally le partiera el cuello), solo teníamos que cortarla por la mitad y después rebuscar entre su estómago.En teoría, claro. Sally se arrodilló al lado del cadáver y encendió el cuchillo eléctrico. Ambos nos habíamos envuelto con cortinas para no ensuciar la ropa. Idea mía. Sally le levantó la blusa a Lucia por encima de los senos, palpó con la mano izquierda el estómago y sin perder tiempo hundió el cuchillo por las costillas. Un rio de sangre comenzó a manar de las entrañas de Lucia y a mancharlo todo. Sally tenía que meter el cuchillo con fuerza y sostenerlo bien para que fuera cortando los huesos. A los pocos segundos ya tenía toda la cara manchada de rojo.
Aguanté todo lo que pude, dos minutos enteros y luego fui y vomité contra la pared.
Sally serraba y serraba y serraba. Y la sangre manaba y manaba y manaba.
La cortina que cubría a Sally y las del suelo estaban completamente rojas.
-¡Ayúdame, maldita sea! –dijo Sally – ¿Crees que esto es fácil?
Luego cogió algo que debían de ser los intestinos y empezó a cortarlos.
Lo que veía era algo tan irreal que me dije que era imposible que estuviera sucediendo de verdad.
Sally tiró unos pedazos de carne y otras cosas a un lado y volvió a gritarme.
-¡Muévete! ¡Deja de mirar como un imbécil y ayúdame! ¡Necesitamos encontrar esa maldita llave esta noche!
La llave. El baúl oculto, enterrado en alguna parte. Los libros prohibidos. Los libros llenos de secretos. Me acerqué a lo que quedaba del cuerpo de Lucia y me arrodillé frente a Sally. El hedor era espantoso. Sally me pasó el cuchillo.
-Acaba de cortarle la columna, está muy dura. Quiero revisarlo todo.
Cerré los ojos y deseé que la tierra me tragara, que un rayo me fulminara en ese instante. No podía decirle que no a Sally, nunca había podido y nunca podría. Como nada pasó, abrí los ojos y empecé a cortar.
Muy bueno, me encanto, esa terrible sensación de querer estar en otro lugar me pareció desesperante, te felicito...
ResponderEliminarImpresionante lo que una persona puede hacer por obsesión... y otra por seguir estando con alguien. Me preguntó qué tan especiales y prohibidos eran los libros para llegar a ese punto. ¡Interesante! *-*
ResponderEliminar¡Hola! ¡WOW! ¡Escalofriante! Es un relato que deja sentir el miedo y el terror a través de las letras porque está muy bien narrado, los personajes son muy reales también... si acaso encontré algunas tildes de más y otras ausentes, pero es un genial relato, ¡Felicidades!
ResponderEliminarNo le quedo otra que resignarse y cortar.... total ya era cómplice.
ResponderEliminarQuiero saber que tipo de información tendrán esos libros para tener que matar por ellos. Me gusto mucho.
Saludos.