Le resultaba delicioso ver como borboteaba la sangre cuando clavaba el cuchillo en el vientre aún caliente. Las vacaciones, esa época tan deseada para otros, eran para él un auténtico suplicio. La playa, los niños corriendo a su alrededor, los helados en puestos abarrotados y las fotos mil veces repetidas, le resultaban entretenimientos totalmente insulsos, sólo deseaba volver su rutina para poder hacer lo que más le gustaba.
Había concretado la cita esa misma mañana, y al verla supo que era sin duda una pieza extraordinaria, una hembra joven y rolliza, sus favoritas. A veces resultaba difícil conseguirlas, tenía que pasarse horas navegando por internet, buscando gente, estableciendo contactos, pero siempre merecía la pena. Era mucho mejor empezar con ellas vivas, no había punto de comparación ni en el proceso ni en el resultado.
La tumbó casi con delicadeza en el suelo. Ella, ajena a todo, no se resistió. Dio una vuelta a su alrededor, observándola, admirándola, disfrutando el momento de saber que tras meses de inactividad volvía al trabajo.
Con un movimiento rápido, le agarró la cabeza, la echó hacia atrás y con un tajo certero le rebanó el cuello. Después de tantos años aún no era capaz de soportar los gritos.
La sangre seguía cayendo en el cuenco metálico con el sonido rítmico y monótono de un reloj, cuando realizó el primer corte desde el cuello hasta al final del abdomen. Se quedó mirando las vísceras sanguinolentas que emergían del cuerpo, preguntándose como siempre, si él sería igual por dentro, si desprendería el mismo hedor si le abriesen en canal. Quizás alguien lo descubriese en el futuro.
Con un hacha pequeña rompió el esternón para poder trabajar con mayor comodidad. El corazón seguía palpitando levemente dentro del cuerpo inerte. Lo arrancó y lo depositó en una bandeja, mientras hurgaba para extraer el hígado y llegar al estómago, lleno aún de una papilla en la que podían verse restos de maíz a medio digerir.
Iba a empezar con el intestino, lo más complicado por la longitud y los excrementos acumulados, cuando observó que había algo inusual en ese cuerpo, algo a lo que aún no se había enfrentado nunca. Estaba embarazada, y de más de uno. Los fetos azulados y casi transparentes eran muy pequeños todavía, pero ya perfectamente reconocibles.
Sintió una leve punzada de remordimiento. Se preguntó si lo habría hecho de haberlo sabido y aunque no llegó a verbalizar la respuesta supo que sí, que no habría cambiado nada. Tiró los fetos a la basura y continuó sin pensar, mecánicamente, tranquilo y relajado mientras que las preocupaciones del día a día se iban disipando en un mar de sangre, huesos que se quebraban con un chasquido seco y carne troceada.
El sonido estridente del teléfono rompió la calma del lugar. Lo dejó sonar, pero la insistencia de la llamada hizo que finalmente se decidiese a cogerlo.
- ¿Diga?
- ¿Antonio, eres tú? Soy Encarna. ¿Qué tal todo? ¿Tu mujer, los niños?
- Bien, bien, doña Encarna, todos bien, ¿y usted?
- Hijo, aquí, tirando, como siempre, ya sabes con unos dolores en la cadera que no me dejan ni dormir. Pero oye, que yo te llamaba para ver si ya habíais abierto. Vienen mis nietos el fin de semana y quería preparar algo especial.
- Pues señora, hasta mañana no abrimos, pero estoy ahora mismo despiezando una cerda que me han traído del pueblo, que vamos, es espectacular. Si quiere, le guardo el secreto, y si lo cocina usted con vino y unas setitas, queda como una reina.
- Pues sí, sí, guárdamelo, a ver si les gusta. Ah, y me preparas también un kilo de filetes de aguja. Pero córtamelo finitos y que no estén duros, que los de la última vez no se podían ni masticar.
- No se preocupe usted, que yo se lo dejo todo preparado para cuando venga.
Suspiró y colgó el teléfono. Sin duda, atender a las clientas era lo más desagradable de aquel trabajo.
Sin duda, especialmente desagradable, como tiene que ser un realto de esta indole :) Felicitaciones, gracias por compartir.
ResponderEliminarMe gustó mucho, muy descriptivo, felicitaciones :)
ResponderEliminarJoder con el carnicero. En fin, es lo que hay..
ResponderEliminarUn beso.
¡Hola! Al principio me asuste, es horrible pero que alivio que se trataba de una cerdita, y dichoso es hombre que le gusta su trabajo, porque yo no hubiera aguantado ni un segundo en ese oficio. Un buen relato gore: asqueroso y de suspenso.
ResponderEliminarBuen relato aunque creo que el gore solo se refiere a los humanos (al cuerpo humano, vamos). Mi primera idea fue la de escribir el sacrificio de un ternero en un matadero (desde el punto de vista del animal), pero lo descarté por esto mismo.
ResponderEliminarUn saludo
ibso
Muchas gracias a todos por leerlo y por vuestros comentarios! Se agradecen mucho :)
ResponderEliminarSaludos
Einyel: De pronto me haces pensar en que, si vemos que abren en canal a una res, aunque nos perturba, lo resistimos. Pero la mayoría de las personas no toleramos ver a un ser humano en las mismas circunstancias.Y, aunque no lo queramos reconocer, es muy similar el proceso ¡que horror!
ResponderEliminarEste género Gore no acaba de gustarme, pero tú lo abordaste muy bien: Doña Ku
¡Has hecho que comience a desconfiar de la carnicería donde compro!
ResponderEliminarPrimera ves que te leo, pero me ha gustado mucho tu forma de abordar el gore.
Saludos
Buufffff, efectivamente, como todos apuntan, da qué pensar!!
ResponderEliminarEnhorabuena.
He llegado hasta ti a través de Adictos a la escritura y me quedo!!
Un besito
Dios, estaba rezando para que fuese un animal xDDDDD mucho mejor que fuese una cerda o me daba un chungo :P me tuviste pendiente, me encanta cómo escribes aunque este.. el gore, no me acabe de cuajar, ((uuuh vísceras con mierda xD.)) Bs!
ResponderEliminarAl paso que van estos escritos, muy pronto seré vegetariana....
ResponderEliminarGracias de nuevo por vuestro tiempo en leer el relato y comentar. Realmente es cierto que el tema del gore no me gustaba tampoco demasiado y, aunque suene mal, no me sentía capaz de "hacer" atrocidades a una persona. Pero sí, realmente nos tendría que afectar igual lo que le pasara a una persona que a un animal...pero bueno, esperemos que no vuelva a salir el tema del gore porque vamos a terminar traumatizados y/o vegetarianos, jejejeje ;)
ResponderEliminar¡Gracias otra vez!
Saludos