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Sandra

lunes, 25 de junio de 2012

Juntos y revueltos -Autora Ichabod Kag-

La fábula del doctor y el presidente.

Puede que ser el presidente de una gran nación como Bavarialandia sea la ambición de aquellos que anhelan el poder. Sin embargo, para Niko el serlo era un martirio y he aquí el porqué.
Hace años, cuando el apenas comenzaba su campaña presidencial, decidió darse una escapada hacia un lujoso bar del centro de la capital de Bavarialandia. Por fortuna para él y para todo su partido no lo siguieron reporteros, pero esa tampoco es la razón de su desgracia. El verdadero motivo fue una linda rubia de ojos verdes y con pies tan ligeros que parecía volar cuando bailaba.
Niko no pudo separar su mirada de aquella mujer en toda la noche. Quería acercarse a ella y conocer su nombre por lo menos, pero una extraña fuerza (conocida por los más sabios como timidez) se lo impidió. Al final tuvo que contemplar su partida de aquél bar con un nudo en la garganta.
Meses después, ganó las elecciones y se mudó a la lujosa residencia presidencial de aquél país: Los Robles. Sin embargo, no había día en que no pensara en la hermosa rubia de ojos verdes; en esos momentos, el corazón se le comprimía al punto de hacerlo llorar.
Y de ahí viene su martirio. A pesar de ser el presidente de una gran nación y de tener un servicio de inteligencia tan listo que podía hallar una lágrima en medio del mar, la mujer que había visto aquella noche no aparecía de nuevo por ninguna parte.
Un día, leyendo el periódico, dio con un anuncio que de inmediato llamó su atención: “El gran y magnífico Dr. Sandalia. Maestro de las ciencias amorosas y conocedor de los secretos más secretos, de los sabios más sabios de las cumbres más altas del Tíbet. Capaz de hallar a tu alma gemela en un santiamén”. De inmediato Niko dio un brinco tan alto que le hizo un agujero al techo (el cual permanece hasta el día de hoy) y arregló un viaje secreto hasta aquél remoto país en el que vivía el sabio Dr. Sandalia.
Cruzó pueblos y ciudades, ríos y valles, bosques y desiertos. Y finalmente, en la cumbre de un pequeño cerro en el extremo más extremo del mundo, encontró la choza del Dr. Sandalia. Era una construcción de madera y paja tan rústica, sin más amueblado que dos jergones y un pequeño taburete de pino, que lo primero que le pregunto Niko fue que cómo le había hecho para tener un anuncio en el periódico.
— No viene mucha gente por aquí, así que necesito hacer algo de propaganda.
Y en efecto así era. Tal vez los más grandes sabios de los sabios deberían reconsiderar los lugares donde sus aposentos establecen. Pero volvamos con la historia.
De inmediato el Dr. Sandalia comenzó a trabajar en el cuerpo de Niko y también en su alma. Cada día debía correr veinte kilómetros y nadar otros tantos, además de sesiones de acupuntura, zumba y psicoanálisis para abrir sus chacras. Pues según el gran sabio, lo que aquejaba a nuestro presidente una gran cantidad de energía negativa que le impedía encontrar al amor.
Un día, cuando Niko volvía a la choza luego de sus ejercicios diarios, el Dr. Sandalia lo recibió con una gran noticia.
— Puedes volver a tu país, pues ya estás curado.
— ¿Curado de qué? Yo venía aquí a encontrar a la hermosa rubia de ojos verdes, no porque estuviera enfermo.
— Pero lo estabas. Estabas enfermo de tristeza y de miedo. Esos dos malignos agentes nublaban la vista de tu corazón impidiéndote sentir y ahora que los has retirado, podrás ver a tu amor de nuevo. Pero si aún necesitas algo de ayuda, una cosa más te diré: Antes de entrar a tu residencia, gira tu rostro hacia la izquierda.
Niko salió pisando fuerte de aquél sitió, pues se sentía timado. Sin embargo, también tenía la sensación de que algo dentro de él se había ido, dejando sitio a una tranquilidad que hacía mucho no sentía.
Cuando llegó a Bavarialandia nadie lo recibió, pues había dejado a un doble a cargo para que nadie notara su ausencia. Justo antes de entrar a su residencia de Los Robles, recordó las sabias palabras del Dr. Sandalia y dirigió su faz hacia la izquierda, encontrándose con una delgada mujer de cabello negro que comía una manzana sentada en una banca. A juzgar por su ropa, trabajaba para él.
Lentamente se acercó y, cuando la mujer lo miró con unos hermosos ojos cafés, Niko lo vio todo claro: aquella era la chica del bar que tan bien bailaba. Se había quitado los lentes de contacto y el tinte de su cabello se había caído, pero no había duda.
El gran presidente de Bavarialandia se reprochó entonces por haber buscado a una rubia de ojos verdes, en lugar de una mujer hermosa de mirada dulce. Al parecer el Dr. Sandalia tenía razón, pues aquella manzana fue lo primero que Niko y su amor compartieron en su vida.

La moraleja:
Seas o no presidente
Ten siempre esto presente:
No necesitas tener enfrente
A un doctor que se diga excelente
Pues aunque a veces se sienta ausente
El amor siempre está en el ambiente.

11 comentarios:

  1. Pido perdón por los errores de redacción que pudieran haber aquí, pero es que lo escribí tal y como me vino sin la oportunidad de revisarlo y mucho menos de corregirlo...
    Por favor, dispensen los deslices que puedan hallar...

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  2. Ichabod tu relato es todo un cuento, es excelente y como tu dices solo he visto dos cosillas que no tienen importancia. Me ha encantado la forma que tienes de hacer fluir las palabras y como no, la prosa del final preciosa y muy cierta, nos leemos...Besisss

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  3. Jeje, me encanta esta mezcla de realidad con cuento, hace que quede genial xD Me ha gustado mucho esta fábula, y los únicos fallitos que he visto son algunas faltas de acentos.

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  4. Una historia interesante y muy bien narrada
    Felicitaciones
    Besos
    Lili Savoia

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  5. Ichabod: Pues considero tu escrito como un relato fantasíoso, ya que me parece completamente irreal.
    Desgraciadamente los presidentes, sean de cualquier nación, calculan las cosas y no son nada tímidos.
    Por lo menos uno de los candidatos a la presidencia de México, calculó muy bien su jugada y se casó con una guapa actriz, para convencer a los votantes de que si gana, tendríamos a un guapo presidente y una hermosa primera dama. aunque ese presidente sea corrupto y tenga miles de defectos y la primera dama tenga la cabeza hueca.
    En si tu relato me parece bueno: Doña Ku

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  6. ¡Me gustó! Me he reído mucho leyéndolo y el final me ha resultado muy curioso y bonito. El cuento ha sido realmente agradable de leer.
    ¡Un besazo!

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  7. Buen relato, Ichabod. Aunque opino como Dora, me quedo con la moraleja final.

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  8. Me ha parecido un relato muy dulce e instructivo, Ichabod. Vamos, que me ha gustado ;)
    Creo que "chakras" va así, con K, pero es lo único que puedo decirte al margen de mi opinión positivísima, así que nada, felicidades xDD

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  9. ¡¡¡Genial!!! ¡Tu relato me encantó! ¡y con que hermoso poema nos deleitaste! ¡FELICITACIONES! :)

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  10. Me encantó!! Súper original, picaresco y divertido. Te felicito!!
    Saludos :)

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  11. ¡Hola Laura!
    Tu relato me ha gustado mucho, es un cuento muy ameno y con una muy buena lección para el presidente y para los lectores, de hecho me gustó tu moraleja jejeje.
    Muchas gracias por compartirlo con nosotros :)

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