HOLA A TODOS

Este blog se ha creado de forma secundaria al blog Adictos a la Escritura, para poder dar cabida a las publicaciones de aquellos miembros que carezcan de un lugar propio.

Un saludo

Sandra

sábado, 24 de diciembre de 2011

Versionando la Navidad -Autora Aqua-

La navidad entraba poco a poco en la ciudad. Silenciosa, pero abrumadora. Supongo que sabéis de lo que hablo, que todo el mundo lo ve cada año. Como, a primeros de diciembre, el cambio es visible.  Como las calles comienzan a inundarse de miles de lucecitas fanfarronas que intentan hacernos olvidar la realidad.
 Para muchas personas diciembre es simplemente Navidad, es un mes que normalmente está marcado por la magia, la magia de esa noche en la que todos sonreímos, nos reunimos en familia y esperamos con ansia esos regalos que tienen preparados para nosotros.
Agudizamos la vista. Hoy es 23, de noche, aunque no muy avanzada. Ha nevado hace poco, como si el cielo reclamara algo, aunque, en realidad, ¿quién no reclama algo, sobre todo en estas fechas? Carolina está sentada sobre un escalón mal puesto sobre la acera, lleno de nieve, como si a un arquitecto idiota le hubiera apetecido ponerlo allí solo porque le parecía que quedaba bien. Es morena, con tonos pelirrojos, que únicamente se ven al sol, sus ojos son marrones, del color del chocolate, y parece que juguetea con sus pensamientos, echándoles un pulso a ver quien es más fuerte.
Para ella la Navidad, no es igual que para todos, o para casi todos. Nunca ha vivido una con la misma familia, nunca en sus quince años de vida, ha pasado una Navidad de verdad. Nunca.
Está nerviosa porque parece que ha encontrado a las personas idóneas para formar una familia, o para, al menos, poder convivir. Son amables, simpáticos, son risueños y la tratan bien, y va a tener alguien que la regale algo y alguien a quien poder regalárselo. Han adornado la casa, el jardín, y las ventanas, y su habitación- quien pensaría que algún día tendría habitación propia- pero eso no es lo más importante, es el espíritu que llevan dentro, y lo que significa este día para su nueva hermanita pequeña. Sabe lo mucho que importa que  la hayan adoptado, que no acogido, con una edad tan avanzada y en ese momento del calendario tan problemático. Pero no puede evitar tener miedo. Y dentro de su gorro de lana azul, rememora el accidente que la dejó sin padres.
Iban al centro comercial para comer algo en familia. Ella tenía sólo cuatro años, e iba cantando una canción de la radio, aunque aún ni siquiera pronunciara bien las eses. Su madre la miraba desde el asiento delantero pensando la cara que pondría al ver lo que la habían comprado, cuando un coche dos veces más grande que el suyo se les atravesó horizontalmente provocando un tremendo impacto. Por un momento, en los recuerdos de Carolina, se funde el metal por todas partes, el olor a sangre y una de las notas de la canción  a mitad de la garganta. Después sólo se ve a sí misma con esos ricitos adorables bailando sobre sus hombros al desabrocharse la silla donde iba montada y esa cara de inocencia cuando intentaba despertar a su padre, o segundos después, cuando tocaba los párpados de su madre con su dedito minúsculo intentando que la ayudaran a salir del automóvil. Y la conversación entre susurros demasiado altos de los policías sobre si debían mandarla al orfanato local. Joder, ella ni siquiera sabía lo que era ser huérfana. Las personas que la acogían no la querían porque  no sabía como sonreír, no se concentraba en las clases porque intentaba hablar con sus compañeros y nadie la aplicaba el típico cuento de porqué hay que estudiar. Así que fue de casa en casa, hasta llegar hasta donde está ahora.
Mira el reloj, es tarde, debe volver, además, no ha dejado ninguna nota diciendo donde iba o cuando iba a llegar.
Los surcos de las lágrimas permanecen sobre sus mejillas, pero sacude la cabeza y borra aquellas imágenes de su cabeza, enciende el reproductor de música y termina por concentrarse en los familiares sonidos de su canción favorita.
Detiene sus nudillos a centímetros de la puerta, va a llamar pero recuerda que le han dado llaves, así que mete la correspondiente en la cerradura, cuelga su abrigo en el perchero y va hasta el salón. Allí se sorprende cuando encuentra a Pedro colgando el teléfono y a María dando sus datos personales.
-Oh, ya entiendo.- Carolina agacha la cabeza.- ¿Vuelvo al orfanato?
-¡No! – María corre hacia ella.- Estábamos llamando allí por si habías vuelto tú misma. Pero… - se olvida de que estaba muerta de preocupación- ¿¡Dónde has estado jovencita!? ¡Te has pasado el día fuera!
-Yo… lo siento…- sonríe, no ha pasado lo que esperaba.
-Bueno, te dejo porque… estoy solidaria.
-¡María!
Se acerca y le da un abrazo, se aproxima al oído de Carol y le dice:
-Pedro se moría de angustia hace un segundo.
Las dos  se ríen.
-Creo que puedo llamarle papá.

Ha pasado, se han convertido en su familia y sabe que probablemente al año siguiente sus navidades estarán junto a ellos.

Aqua

viernes, 23 de diciembre de 2011

Versionando la Navidad -Autora Roxi-

Navidad accidentada

La familia entera se sentó a la mesa, decorada con un mantel verde oscuro con estampado rojo de acuerdo con la época navideña. Estaba llena de comida, un enorme pavo para celebrar el día de Acción de Gracias debido a que no habían podido reunirse en esa ocasión; pasteles, patatas, postres varios y toda una selección de bebidas distintas según el gusto y paladar de cada uno. Todo el mundo disfrutaba y las caras largas brillaban por su ausencia, nada que ver con lo anteriormente vivido no hacía demasiadas horas…

8:30 AM en casa de los McKenzie.

—¡Jack, date prisa! —Gritó Helen recogiendo a toda prisa su ropa en una destartalada maleta—. ¡Vamos a llegar tarde! No tenías que haber montado esa juerga anoche.
—Pues bien que te gustó —replicó él mientras salía del baño y metía sus objetos de aseo personal en una bolsa de viaje sin cuidado alguno. Luego la cerró y se dispuso a bajar para dejarla cerca de la puerta.
—¿A dónde vas así? —Inquirió ella con el ceño fruncido—. ¿Y tus zapatos?
Él se los miró dándose cuenta con notable sorpresa de que no los llevaba puestos.
—¡Ostras! —Exclamó soltándolo todo.
Ella sacudió la cabeza, Jack era famoso por sus despistes, aunque dejó de hacerlo cuando vio correr el agua por el suelo del pasillo a través de la puerta abierta. Como era natural, lo normal no solía ser que el agua circulara por el parquet así que siguió la corriente hasta el cuarto de baño de sus hijos, quienes estaban medio hundidos en la bañera con el grifo y la boca abierta, totalmente dormidos.
—¡Ay, Dios mío! —Chilló intentando despertarles para que no se ahogaran—. ¡Despertad! ¡Vamos! ¡Arriba! —Le dio palmadas en las mejillas hasta que consiguió espabilarles—. Salid de aquí de una vez y corred a vestiros. Y más os vale secar esto después si no queréis oírme abrir la boca.
Como dos zombis los niños salieron de la tina, casi se rompieron la crisma al resbalar y se envolvieron en sendas toallas para luego dirigirse a sus habitaciones. Helen se preguntó si sería necesario echarles un vistazo después, algo de lo que se convenció cuando les oyó jugar con sus Buzz Ligh Year.

10:30 AM en casa del matrimonio Tannembann.

—¿Cómo es que estamos en Brooklyn cuando se supone que deberíamos estar en el aeropuerto? —Preguntó Lori hecha una furia.
—Es este GPS, no soy un hombre de nuevas tecnologías —repuso Paul peleándose con el aparato.
—¿Y qué no entiendes? —Inquirió con ironía—. ¿La izquierda, la derecha o lo que son los metros?
Él la miró indefenso.
—No seas así, no lo he hecho queriendo.
—Ni tampoco los dos últimos años nuevos pero mira como hemos terminado siempre, estoy harta —Paul se relajó durante un minuto pero Lori no había terminado—. Y una cosa si te voy a decir, cariño, como nos perdamos la reunión de este año también te juro que un apéndice de tu cuerpo desaparecerá mientras duermes. No me tientes —lo dijo con voz suave y aterciopelada pero él sabía que lo decía muy en serio, llevaba una racha de meter la gamba impresionante. Primero había conseguido no llegar a tiempo a las convocatorias familiares los dos últimos años; se había comprado unos carísimos palos de golf; y había olvidado por completo el aniversario de su boda. Y, por supuesto, Lori había registrado a fuego en su cabeza todos y cada uno de esos fallos, que le haría pagar a la más mínima oportunidad.
Tenía que llegar a Los Hamptons a tiempo para la cena de Nochebuena como fuera.

10:30 AM en los grandes almacenes. Familia Becket.

—¿Cómo has podido hacerme esto? —Saltó Riva al borde de un ataque de nervios—. Me dijiste que habías comprado todos los regalos.
El aludido se miraba en el espejo mientras se probaba una chaqueta de Armani.
—En realidad dije que los tenía asegurados —puntualizó.
—Di por supuesto que te referías a que ya los tenías guardados —luchaba con otra mujer por la última muñeca que habían anunciado en la televisión—. No pensé… ¡¿Quiere soltar eso?! ¡Yo lo vi primero!
—¡Y un cuerno! —Le respondió la otra mujer tirando violentamente.
—Podías haberlos comprado tú, para lo que haces en casa… —Mascullaba su marido por lo bajinis.
—¿Qué has dicho? —Preguntó Riva frunciendo el ceño.
—Que te quiero mucho, cariño —se corrigió él.
Su mujer no se lo tragó pero tenía a tres hijos esperando regalos que aún no tenía y lo dejó pasar, aunque se guardaría el comentario en el baúl de las cuentas pendientes.

Todos consiguieron llegar a tiempo tras una miríada de obstáculos a cada cual más surrealista, los McKenzie se vieron detenidos por un falso chivatazo de tenencia de drogas; los Tannembann tuvieron que coger un vuelo distinto porque Lori se peleó con los de Facturación por su equipaje; y los Becket tuvieron que soportar un atasco monumental más cientos de paseos con pérdidas en el aeropuerto. Aunque al final de todo se reunieron en Los Hamptons, sanos y salvos pero notablemente fastidiados. Sin embargo, con la llegada de la noche las malas vibraciones se esfumaron y cada uno pudo disfrutar de la velada, las tres hermanas estaban más que orgullosas de haber podido quedar sin demasiados problemas. Aunque los accidentes no se acabaron hasta el día siguiente, cuando los niños empezaron a abrir los regalos y los adultos se dieron sus presentes.
—¿Mamá, qué es esto? —Preguntaron los tres hijos de Riva mirando desde todos los ángulos sus juguetes.
La estancia se había quedado en silencio, en un silencio tenso y poco grato.
—Te dije que envolvieras los regalos de los críos en papel rojo —decía entre dientes su madre mientras les quitaba los objetos con una vergüenza inmensa.
Su marido los escondió en la primera bolsa que encontró.
—Dijiste que con papel azul —rebatió procurando no mirar a nadie.
Ella suspiró.
—Hazme un favor, cielo, la próxima vez que quieras regalarme juguetes para mayores de dieciocho no los dejes al alcance de cualquiera. Menos aún de los demás —le pidió haciendo una salida rápida mientras tiraba de él—. Lisa se ha pensado que era un plátano de plástico semi transparente —se moría de vergüenza.
—Mensaje captado —replicó él—. Y ahora, aprovechando todo este lío, ¿qué tal si nos vamos a jugar? —Ella sonrió y asintió.
No les volvieron a ver en dos horas.

Roxy

martes, 1 de noviembre de 2011

Especial Halloween-Autora Aqua

"Yo soy el origen de todo. Soy ese vacío negro, soy ese huracán que lo destruyó todo, para que todo pudiera volver a surgir. "

Estábamos en el muro. Como siempre. Todo era gris, todo eran piedras. La noche nos envolvía en un abrazo férreo que no parecía acabar y yo pensaba, hasta ese momento,  en lo perfecto que era todo.
El pelo de Kali, negro como el azabache, y largo hasta sus caderas parecía evocar algo misterioso, todo parecía hacerlo, y en realidad, supe en ese segundo de mi vida, que iba a descubrir algo, algo increíble y demasiado grande, demasiado grande para mí.
Sus ojos verdes inspeccionaron mi interior, y me sentí seguro y al mismo tiempo aturdido. Quería decirme algo, Kali era como un libro abierto, y yo era el primero en interpretar sus líneas, el único capaz de decir con seguridad que sabía lo que le pasaba por la cabeza. O eso creía yo, hasta entonces.
Esa noche era Halloween, íbamos a hacer lo que todos los años, pedir caramelos y decorar la casa con calabazas y terminar riéndonos sobre el colchón de la buhardilla, a oscuras y con una pequeña lámpara que alumbraba nuestras sonrisas de madrugada, con las estrellas mirándonos desde la ventana que había en el techo. Pero ella me paró los pies incluso antes de ponerme el disfraz. Yo,  sólo fruncí el ceño y le pregunté qué hacía, por qué nos marchábamos corriendo y sin avisar a nadie. Y me dijo que, al menos hasta que volviera, si es que volvía, que no hiciera preguntas…. Que simplemente, respirara, me hinchara los pulmones,  y viviera.
Se colgó allí con tanta facilidad como un gato y me animó con la cabeza a hacer lo mismo. Subí y me senté. Quería ir al grano, hacer preguntas. Pero ella se tumbó con la cabeza boca abajo y no me dejó hacer nada.
-Esto es muy importante para mí y no…
-K, no estoy para juegos, quiero volver ahí y que terminemos lo que hemos empezado.
-Hoy no. Quiero contarte esto, de verdad, luego puedes hacer lo que quieras… debes hacerlo.
Esto empezaba a asustarme. Incluso ella, con su raya negra en los ojos, el vestido de princesa de la oscuridad,   y la cara de “voy a comerme al mundo” parecía asustada, y eso es realmente difícil en la máscara de chica dura que lleva puesta constantemente.
-No me interrumpas. Cree si quieres lo que te digo, pero esto es verdad, así que espero que lo hagas.
La intriga se apoderó de mí y  no contesté.
-¿Sabes el origen de mi nombre, Kaliana? Me imagino que no. Sabes que mis padres vienen de muy lejos. Yo también. No te voy a explicar de dónde. No lo comprenderías a la primera y eso viene en el siguiente capítulo de la historia. Sin embargo, te voy a explicar cómo es. Porque esa es la verdadera historia. Allí existe Peter Pan y Campanilla, aunque esa es la versión dulce de la historia, allí existe la magia, el poder, los buenos y los malos, las profecías que se cumplen y las puertas a otros mundos, mundos que existen y donde hay vida, por supuesto.
Me imaginé todo eso. Una sonrisa apareció en mi cara. K iba a ser escritora… seguro.
-No sonrías. No es todo algodones de azúcar y animales que hablan. Hay huracanes, hay personas que no deberían tener dones como el mío y hay guerras que causan estragos mucho mayores que las nuestras. Caos. Destrucción.
-Eres realmente…
-Te recuerdo que te dije que no me interrumpieras. Las preguntas luego, los “no me lo creo”, también luego.
-Vale.
Nueva mirada asesina de Kali.
-Había cuatro mundos o… planetas,  como los llamáis aquí, que poseían magia. Dos de ellos se enzarzaron en la peor lucha que ha existido en los tiempos de los tiempos. Murieron, se apagaron… y el impacto que causaron provocó que otro planeta naciera. La Tierra. Se dijo, en los otros dos mundos, que fue castigo de los dioses que ese planeta no tuviera gente con magia, o gente que la ignora, que es lo mismo. El otro planeta, también murió, porque dependía de su supervivencia los nutrientes que le proporcionaba uno de los planetas que ya habían desaparecido. Lo hizo dos meses después del nacimiento de la Tierra. Y, a lo que realmente veníamos esta noche, es a contarte el por qué de que estoy aquí y el origen de mi mundo.
Mi mundo no está muriendo, ni se va a enzarzar en una lucha, ni nada por el estilo, ha aprendido de los errores de los otros planetas, pero como todo, va a cometer su propio error. Quiere colonizar…
-¿Dónde?
-Aquí. Quiere procrear con los humanos para hacer una raza mixta, con habilidades de los humanos y de los… ¿magos? Sí, se podría decir así. ¿Yo pertenezco a ese mundo? Sí y no. Nací allí. Mis padres son magos y por tanto yo también, pero unas semanas después del anuncio de colonización de este planeta,  se marcharon. Todo fue planeado. Fui la primera niña en nacer después de la declaración que hicieron. Consiguieron una nave ilegal. Y le pusieron el mismo nombre que a mí. Kaliana, en mi idioma, libertad.
Así que aquí estoy, que junto a mis padres, soy la prueba de que la vida en la Tierra no sería posible, de que nos morimos y de que no podemos estar aquí sin destrozar ese planeta, y el vuestro. Porque no hay las condiciones necesarias para la magia, porque en cuanto se descubriera lo que somos, intentarais cazarnos en una lucha tan desigual, tan a nuestro favor, que moriríais.
-¿Por qué me cuentas todo esto? ¿De dónde te has sacado la historia?
-Te dije que todo era verdad.
-¿Era necesario que me lo contaras?
-No. No podía, pero una vez hecho no hay vuelta atrás.
-¿Por qué lo haces?
-Me despido. Me voy. No puedo volver y no… quería irme sin que lo supieras.
-¿Sabes lo que puede significar esto?
-Confío en ti, sé que no se lo contarás a nadie.
Y se echó a llorar como no lo había hecho nunca. Sus lágrimas me destrozaron y me dejaron patas arriba. Y ella, Kali, dio un vuelco a mi mundo, de trescientos sesenta grados, otra vez, una vez de muchas desde ese beso hace unos meses y no volvió a su posición, mi mundo giraba sin órbita y sin dirección, sólo alrededor de ella.
Y decidí lo más crudo que había tenido que decidir en mi vida. Eso sí, ni siquiera lo pensé.
Me iba, me iba a ese mundo tan extraño en el que podían comerme. Pero me daba igual.

lunes, 11 de julio de 2011

Cumpleaños -autora Aqua-

Era un día de agosto por la tarde y hacía un calor asfixiante,  el pelo oscuro y liso le caía en cascada hasta la curvatura de los hombros. Estaba tumbada sobre la cama y no sabía qué hacer, le comían la temperatura y el aburrimiento. Cogió el portátil algo insegura y comenzó a navegar por internet, al principio sin saber qué hacer.  Empezó visitando a un blog, que la enlazó a otro y así sucesivamente hasta que llegó a uno que era diferente. La cabecera rezaba “Adictos a la escritura”. Inmediatamente sonrió ante el nombre pues en ese momento se podía considerar “adicta”. Decidió investigar un poco por aquel espacio y fue leyendo los trabajos que habían hecho los que, en un futuro, serían sus compañeros de escritura. Sonrió ante los guiños que había en los relatos, la forma de expresarse de cada uno… y decidió que quería formar parte de aquella comunidad, así que envió un e-mail y se pasó toda la tarde leyendo los proyectos que faltaban, las nuevas ideas, y cada vez más ansiosa revisaba una y otra vez su correo. Finalmente, por la tarde, llegó la confirmación de que había sido aceptada. Llegó el primer proyecto a sus manos y lo hizo lo más pronto que pudo –que no fue mucho- para, en la fecha de publicación, colgarlo y saber la opinión de sus compañeros.
Estaba ilusionada, conocía a gente, nuevas formas de escritura, nuevos blogs  y sentía que aquel grupo al que había dedicado todo su esfuerzo aquellos meses, y que aún así había fallado a veces, le estaba dando mucho, sentía que todos juntos, proyecto a proyecto, habían crecido rápidamente, casi sin darse cuenta y de la mejor forma posible, unidos.
Así se sucedieron comentarios, sonrisas, correcciones, recopilatorios y todo lo que sucedía en aquel grupo lleno de carisma.
Y hoy, día 11 de julio de 2011,  ese grupo cumple un año, y todos se felicitan con ánimo y celebran el aniversario de aquel trabajo que les ha hecho avanzar, tanto en su carrera literaria como con sus compañeros, que la mayoría se han convertido en amigos y que han superado un año entero de retos, alegrías, nuevas creaciones y algún que otro éxito.

Hoy hace un año que esto empezó y por ello quiero dedicaros algunas palabras:
Estuve en este grupo casi desde el comienzo y cada mes ha sido un reto, el no saber si iba a poder participar o estar semanas pensando qué era lo que escribiría esa vez, preguntar a todos en mi casa si se les ocurría alguna idea… pero también ha habido muchas alegrías, como los comentarios, aprovecho para decir que agradezco cada comentario que habéis dejado en mis relatos porque me ha hecho darme cuenta de qué estaba bien y qué mal y de que estabais ahí para leer, apoyar y criticar o dar la enhorabuena, también me encantan los momentos en los que ves los recopilatorios de los trabajos que hemos hecho y ves que lo hemos creado todos juntos y que todavía queda más por hacer. Cuando damos ideas para nuevos proyectos, el gusanillo que se te cuela en el estómago el día antes del resultado de las votaciones o los pensamientos que surgen en tu mente al leer los trabajos de tus compañeros.
Hemos cumplido un año, y quiero dar GRACIAS por todo lo que hemos pasado y lo que hemos hecho en él, y decir que me encantaría que siguiéramos así muchos años más

martes, 28 de junio de 2011

Banda Sonora -Autora Aqua-


Quiero decirte tantas cosas que no caben todas entre las comisuras de mis labios, que sé que alguna se me va a olvidar. Quiero decirte que cada día cuando me levanto alargo la mano derecha buscándote entre las sábanas de una cama donde no has dormido nunca, quiero decirte que no puedo olvidar tus pupilas desde aquella primera vez en que me dedicaste esa mirada llena de ternura. Quiero decirte que mi mente de vez en cuando y sin previo aviso, me envía algunos de los recuerdos que forjamos juntos, aquel día que rodamos sobre la hierba del parque riendo como niños pequeños o como me atrapaste en una red con esos ojos que decían mucho más de lo que llegaste a expresar con palabras, esa lejana tarde en el conservatorio en la que mirabas con envidia desde fuera como mi violín y yo nos fundíamos en uno solo. Y ahora, ahora que te has ido no puedo evitar decirte que te echo de menos, que cada una de mis células y átomos te echan de menos, que me faltas tú. Pero no puedo olvidarte, también quiero decirte esto. Te digo en este momento y sin dudarlo ni un ápice que iré cada día a ese mirador cerca del mar, a ver cómo las olas se estrellan contra las rocas y a contarle mi historia al Sol mientras desaparece en la fina línea del horizonte, mientras tus recuerdos se mezclan con el color verde azulado del agua y mientras sigo esperándote intentando convencerme después de tanto tiempo, de que vas a volver de ese maldito lugar que está a miles de kilómetros y unas cuantas nubes de aquí.

jueves, 26 de mayo de 2011

Microrrelato -Autora Aqua-


 Era alguien que no confiaba en sí misma, que no tenía esperanza en que las cosas pasaran y que era más bien negativa. Un día fui al hospital como voluntaria y hubo alguien que llamó mi atención. Una chica de unos 13 años sentada en una de las butacas de la sala de juegos, cara pálida y ojeras profundas. Cuando pregunté me dijeron que tenía una enfermedad crónica y que probablemente no pasaría de ese año. Faltaban tres meses para año nuevo. Pregunté que por qué no tenía tubos o mascarillas que la ayudaran, ella misma me respondió. “No quiero pasar lo que me queda de vida sin vivir” ¿No tienes ganas de estar aquí un poco más? “Tengo esperanza en  lo que va a pasar en un futuro.” Y vio algo en mí, se quitó su colgante y me lo anudó al cuello. Tenía grabada una palabra “Believe”, Cree.

martes, 1 de febrero de 2011

Cambio de visión -Autora Aqua-

La despedida

Siento con toda mi alma tener que hacerle esto a Lis, pero debemos irnos. Sólo sé que este lugar le encanta y que le está costando muchísimo prepararlo todo para nuestro viaje de regreso a casa, sé que este año ha hecho amigos, amigos de verdad, que ha encontrado lugares nunca vistos y que nunca va a olvidar, que ha sido realmente feliz aquí, pero no puedo hacer nada. Supongo que me verá como una mala madre, pero sólo soy una madre egoísta. Me dieron trabajo en California por un año y vine aquí con ella, eso no le importaba, decía que excepto yo  no había nada importante que le atara a su casa. Así que vinimos. Lo que no me imaginaba es que haría ataduras tan fuertes aquí que nada ni nadie podrá borrarlas.

Hoy estoy en mi lugar favorito,  y es que  vengo aquí siempre que puedo. El cielo parece más tranquilizador que en ningún otro sitio, como si alguien lo hubiera pintado con diferentes capas de color: azul, morado y un luminoso naranja inducido por los rayos del sol. Aquí la hierba es verde aún cuando, en esta época, debería estar seca, aquí escribo párrafos que me envía de vez en cuando la inspiración, y le cuento mis secretos al viento, tan apacible como sólo es aquí. Me siento en el prado y me pongo a pensar en todo lo que ha ocurrido este año, y quizá sólo sean imaginaciones mías producidas por la mala memoria que tengo, pero ha sido uno de los mejores. Sin embargo tengo que despedirme de este lugar. En este momento me levanto con lágrimas en los ojos y con un gesto de adiós en la mano. Mi melena rubia ondea al viento y veo como una libélula surca el firmamento, grabo la imagen de este lugar en mi mente, porque puede que no vuelva a verlo nunca. Luego me doy la vuelta, y escucho la música del coche que ha venido a recogerme, es como si fuera acorde con una despedida, pero eso sólo hace que las lágrimas de mis ojos se deslicen  aún más deprisa por mis mejillas.

Aqua